jueves, 18 de diciembre de 2014

Mirando a las Estrellas (Capítulo III)

Capítulo III


No le había dicho nada a Laura sobre el repentino viaje de mis padres, ella estaba muy emocionada, no quería preocuparla. Casi se pone a llorar cuando se dio cuenta de que las puertas del auto no abrían, y empezó a dar saltitos cuando, sin poder contener la risa le aclaré que sólo tenía que quitarle el seguro. No quería ni imaginar cual sería su reacción cuando le contara que estaba sola en mi casa y que no tenía noticias del paradero de mis padres.


No habíamos salido del garaje cuando ya había un CD reproduciendo música a todo volumen, acompañado de la melodiosa voz de mi amiga. Laura siempre tuvo una voz excepcional, pero después de la media hora de trayecto ya estaba tan cansada de escucharla cantar, que mi cerebro interpretaba su voz como un par de cuervos chillando mi oído. “¡Lau! ¿Podrías hacer silencio un momento y bajarle un poco el volumen a la música?" Dije casi gritando. “¡Esta canción es para escucharla a todo volumen!" Dijo ella gritando aún más fuerte. “Entonces, cambia la canción" Sugerí. “Entendido" Dijo ella guiñando el ojo derecho, y cambiando la canción a una más suave.

*     *     *

Llegamos a un gran estacionamiento, Laura se veía nerviosa. Sudaba un poco y miraba de lado a lado. “¿Nerviosa?" Pregunté. “Un poco, jamás había estado desnuda en frente de más de dos personas, y siempre lo he hecho en tu casa o en la mía" Dijo, con la voz temblorosa por los nervios. Su madre y yo somos las únicas que habíamos presenciado sus sesiones de nudista. “Creo que deberías relajarte, mírame a mi, jamás me he quitado ni siquiera el ((brasier)) en público, estoy sólo un poco ansiosa" Mentía, me moría de los nervios, no quería ni bajarme del carro, pero no podía decírselo a Laura, porque eso la pondría mucho más intranquila. Así que di el primer paso, abrí la puerta del auto y bajé, me puse mi gorra, cogí mi bolso, le  guiñé el  ojo, y cerré la puerta. Ella temerosa (creí que estaba exagerando, y casi me echo a reír) se bajó del auto y me siguió con paso de niño que va a su primer día de clase.

Llegamos a un lobby bastante acogedor, donde pude notar que había un par de chicos muy guapos, no estaban desnudos, lo que me extrañó un poco. Nos recibió una chica rubia, de estatura baja y mirada dulce. “Buenos días, y bienvenidas a «Sun Beach & Resort» ¿En que puedo ayudarlas?" Preguntó. Miré a Laura y estaba roja hasta las orejas, paralizada como una estatua. “Nos dirigimos a la playa nudista, queríamos saber cómo podemos llegar hasta allí." Dije, y sentí un extraño calor en mis mejillas, estaba ruborizada. “Esperen un segundo en nuestra área de entretenimiento" Nos dijo con una sonrisa en el rostro.

Estaba leyendo un libro y Laura leía una revista sobre mascotas, de unos meses atrás, cuando la chica rubia, esta vez en un traje de baño de dos piezas, llegó a donde estábamos y nos dijo: “Disculpen la tardanza, me estaban relevando, y luego me fui a poner esta cosa. Por cierto, me llamo Fabiana, pueden decirme Fabi. Estaba pensando ir con ustedes a la playa, ¿Qué opinan?” Miré a Laura, ella sonreía aliviada. “¡Claro! ¡Vamos!" Dijo un tanto emocionada. Firmamos en el libro de invitados, y nos dispusimos a salir.

Luego de salir del lobby, caminamos por una hermosa ladera hacia un muelle, allí nos esperaba una pequeña embarcación. Subimos y empezamos a avanzar hacia la playa. Cuando la costa se había alejado lo suficiente, el capitán se quitó su short de baño, a lo que Fabi y Lau, luego de mirarse y compartir una sonrisa de complicidad, se quitaron los tops de sus trajes de baño. En ese momento yo era la única con el traje de baño completo cubriendo mi piel. Me ruboricé.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario